24 de noviembre de 2008

ENCUESTA SOBRE CINE NACIONAL (1era Parte).

Un conocido que se encuentra elaborando una tesina sobre nuestro cine nacional para cumplir con alguna currícula, me pide amablemente que responda en mi calidad de "guionista" a una encuesta de su creación.

1) Como espectador, ¿le atrae el cine nacional? ¿Lo consume? ¿Por qué?

Como espectador el cine nacional ejerce sobre mi una atracción más bien modesta. Pero desde el momento en que mal o bien formo parte de la actividad como profesional, tarde o temprano termino mirando más películas de las que elegiría como “espectador” llano. Supongo que por las mismas razones que los dentistas van a ferias de dentistas y los mecánicos se detienen a mirar coches por la calle.

2) ¿Por qué cree que los argentinos difícilmente se identifican con el cine nacional?

Creo que hay una falta de universalidad en lo que se cuenta y en el cómo se cuenta en el cine argentino actual. Yo diría que existe más bien un campo atomizado: películas con problemas para pocos, que consiguientemente logran identificar a esos pocos que comparten las mismas preocupaciones. Pero de construir relatos donde la “identificación” más elemental deje paso a ese terreno donde la imaginación de cada espectador puede proyectar lo que de menos evidente tiene en su exterioridad, ni noticias. Sería preciso definir esa cuestión compleja de la identificación. Doy un ejemplo: personalmente no tengo ninguna intención de subir a la carrera escalinatas monumentales ni aporrear medias reses con mis puños para obtener el cinturón de campeón mundial de boxeo. Sin embargo algo de mi, humano sufrido, se identifica con Rocky y puede emocionarse ante sus triunfos y fracasos. Y asi siguiendo…

3) Aquellas películas que son reconocidas internacionalmente en importantes festivales internacionales, ¿por qué, en su mayoría, no atraen al público argentino?

Buena pregunta, vieja discusión. La respuesta más sencilla sería la de que esas películas son hechas para los festivales y no para el público argentino. O mejor dicho, son hechas para los jurados de los festivales internacionales. Es decir, para su mentalidad, sus cortedades, sus prejuicios y sobre todas las cosas para sus intereses. Por supuesto esto es una generalización, pero el sayo le cabe bastante bien a muchas de esas películas argentinas. Hay que tener en cuenta también que se trata, como dirían en “marketing”, de “targets” distintos. No se seduce igual a la vecina de la cuadra que conocemos desde la infancia que a la turista dinamarquesa recién llegada que mira fascinada el Obelisco como si se tratara de un totem pre-colombino.

4) ¿Cree que la falta de estrellas argentinas es una de las tantas razones por las cuales el público no consume cine argentino?

Definitivamente si. No existe nada parecido a una “industria” del cine (cosa que, si no me equivoco, es de lo que trata en líneas generales esta encuesta) sin estrellas. Estrellas son esos actores que más que vender entradas, dan “ganas” de verlos, nos implican con naturalidad en lo que les sucede en la pantalla y sobre todo, como su nombre parece indicar, son capaces de no representar solamente la tierra, sino una porción de Cielo. Y eso es lo que cualquier cristiano de a pie busca al someterse a ese (convengamos) un tanto incómodo ritual: sentarse durante dos horas, en la oscuridad y mirando una tela blanca sobre la cual se reflejan luces cambiantes. Una práctica tan absurda exige como recompensa la vislumbre de algo relevante y significativo: el Cielo durante dos horas, ni más ni menos.

5) Los guiones son herramientas fundamentales para hacer un buen producto, ¿le parece que acá se le da importancia?

Aquí la pregunta me toca en mi profesión. Podría quejarme durante varias páginas de la poca importancia que se le da al guión como punto de partida de una película, pero esto me aburriría hasta a mi. Creo que la cuestión es que como no hay industria, no hay guión, ya que el guión es desde este punto de vista el elemento más “industrial” de la actividad. Tan es así esto, que el hecho de que exista una película significa que un guión deje de exisitir como tal. Pero para dar una respuesta más directa: no, no importan. Para la mentalidad media de un productor argentino (algún aire fresco se vislumbra hoy debo reconocer) un guión es un conjunto de 100 páginas impresas de un solo lado, fuente Courier New 12 (y no siempre), interlineado sencillo y anillado más o menos convencional. Lo que esté escrito en ellas no es asunto de su incumbencia. Prefieren dejárselo a ese tipo bastante jactancioso, mal pagado y peor valorado que tiene el tupé de llamarse a si mismo “guionista”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Fernando: ¡Excelente resumen! Clarísimo y completo. Ojalá algunos cineastas talentosos pero desperdiciados que tenemos te lean y junten las ganas para hacer películas en la dirección que vos proponés. Es de esperar que si así fuera, además, llevarían más gente a las salas.